Aunque parece contradictorio, la fase gustativa es la que menos sensaciones logra producir en el catador.
En líneas generales, se miden cuatro sabores, dulces, salados, acido y amargo, siendo este último el que más predomina de los 4 al los segundos finales de mantener el vino en la boca.
La fase gustativa también sirve para hacer tacto al vino, se puede medir la temperatura, lo áspero o sedoso y la densidad del mismo que es medida por la cantidad de algunos componentes como la glicerina.